🩸 Pixelton y el Impuesto Mortal

Hoy, Pixelton irrumpió en la sala con los ojos desorbitados y las orejas tiesas, como si hubiera visto el fin del mundo... o al menos el fin de su colección de videojuegos. "¡Maestro! ¡Han aprobado un impuesto del 8% a los videojuegos violentos en México!", chilló, casi desintegrándose en la niebla digital por el pánico.

Me recliné en mi trono de sombras, observando cómo el pequeño conejo trataba de recuperar el aliento. 

"¿Y qué significa eso?", pregunté con una sonrisa torcida.

"¡Que todos los juegos como GTA, Call of Duty, Mortal Kombat y Fortnite serán más caros! ¡Y hasta los free-to-play tendrán un impuesto en sus microtransacciones!", balbuceó Pixelton, aún temblando.

"¿Y por qué?", inquirí, disfrutando de su angustia.

"El gobierno dice que es para reducir la violencia social y proteger a los menores... pero muchos dicen que es solo una excusa para recaudar más dinero", explicó, mirando hacia el portal con ansiedad.

"¿Y qué opinas tú, Pixelton?", pregunté, intrigado por su perspectiva.

"¡Es absurdo! No hay evidencia de que los videojuegos causen violencia real. ¡Es como culpar a las películas de terror por los sustos!", exclamó, indignado.

"Entonces, ¿qué propones?", pregunté, curioso.

"¡Una rebelión gamer! ¡Un ejército de jugadores que se levanten contra esta injusticia!", sugirió con entusiasmo.

"Interesante... pero ¿quién lideraría esa rebelión?", pregunté, intrigado.

"¡Yo!", gritó Pixelton, levantando una pata con determinación.

"Entonces, ¿por qué no te unes a Corvex y Colmillo para planear la estrategia?", sugerí, señalando hacia la torre de datos donde Corvex observaba y Colmillo jugaba entre cables.

Pixelton asintió con entusiasmo y se apresuró a unirse a sus compañeros.

Mientras tanto, me recliné en mi trono, observando cómo los mortales se enredan en sus propias leyes y políticas, sin darse cuenta de que el verdadero caos siempre está al acecho, esperando para desbordar sus sistemas.

Las sombras se alargan mientras los ecos del inframundo susurran sobre las decisiones humanas. Pixelton, Corvex y Colmillo se han adentrado en los laberintos digitales, trazando estrategias y conspiraciones. Yo, desde mi trono, observo con una sonrisa torcida, sabiendo que este es solo el principio de una nueva era de caos.

Hasta que los códigos se rompan nuevamente y las grietas se abran una vez más, seguiré aquí, esperando la próxima invocación.

🩸 – Serrano, Maestro del Caos Digital

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